Emergencia decolonial del sujeto

tensión ontológica frente a la realidad opresiva contemporánea

Resumo

Este artículo centra su análisis en el sujeto. Focaliza dos posturas teórico-cosmovisivas de la contemporaneidad que se estructuran desde diferentes perspectivas como negaciones ideológicas, en tanto hidra contemporánea, de la condición de sujeto. De modo tal que contribuyen con su disolución en el campo político reduciendo su potencialidad conflictiva frente al sistema del capital. El objetivo del trabajo se ubica en analizar el modo específico en que Alejandro Serrano Caldera, filósofo nicaragüense, construye una crítica filosófica que le permite trascender dos posicionamientos contemporáneos hegemónicos en torno al sujeto que devienen metafísicas opresivas por su carácter conservador. El enjuiciamiento radical a estas posturas europeas define la base teórica para una teoría decolonial del sujeto. Asimilar y reconstruir la posibilidad y realidad del sujeto, en tanto despliegue humano en su diversidad esencial constitutiva ante las estructuras cosificadoras de poder, evidencia la necesidad de ampliar las herramientas y perspectivas teóricas con que ha sido conformada una racionalidad impuesta sobre el sujeto en la realidad latinoamericana. El artículo se desarrolla a partir de una metodología cualitativa enfocada en el estudio de la filosofía política en América Latina. Utiliza como fundamento crítico los métodos histórico-lógico y el análisis-síntesis orientados a la constitución de una perspectiva decolonial en torno al sujeto. El análisis desarrollado asume que la gran estructura en la que deviene el sistema institucional contemporáneo se instituye como una realidad que fractura y reduce el sujeto a un aditamento prescindible. El correlato teórico-cosmovisivo de las perspectivas hegemónicas contemporáneas tiende a cerrar el universo racional y crítico como imposibilidad de trascender el blindaje sistémico de estructuras que aprisionan. En este escenario, la forma en la que se ha establecido el proceso de la democracia, que se orienta hacia la totalidad de lo político, se fija como un tejido institucional que captura y cosifica al sujeto.